Siempre la gente que me rodea me ha comentado de que soy una persona "antojiza" o como se diga.
Siempre se me antojaba alguna comida, y había que ir a comer o cenar a ese sitio que se me había antojado.
Yo creo que lo que soy, es una persona caprichosa, pero eso solo os lo digo a vosotras, que se que me guardais el secreto.
Desde que me quedé embarazada, mi marido "temía" a mis futuros antojos. Muchas veces lo he oido decirle a mi madre: madre mia la que me espera con los antojos!!
Pues bien, ese día ha llegado.
Sinceramente, siempre he pensado que las embarazadas se han aprovechado de su situación de embarazadas para tener todo aquello que se les encaprichaba. Pero estaba muy equivocada.
Cuando te gusta muuucho comer, como a mi, y de repente aparecen esas nauseas, angustias y vómitos... sufres mucho.
Llegas incluso a odiar las horas de comer. Lo que te gustaba... por arte de magia ya no te gusta tanto. En mi caso me ha pasado con el arroz. Y lo que nunca te ha llamado la atención, de repente se pone en tu mente y no sale de ahí.
Despues de dos semanas con angustias, luchando con ellas con Cariban, las comidas que te gustan ahora te gustan muuuucho mas, las saboreas y las disfrutas cuando las comes. Mientras que las que no te gustan, no te entran ni comiendolas despacio ni intentando tragarlas sin masticar a penas.
Creo que esa situación propicia que tengas deseos por alguna comida en especial. En mis caso: las berenjenas!!
Empecé a pensar en ellas, de repente, como cuando te apetece algo, así sin mas. Pero claro, no había a en mi casa porque nunca nos hna llamado mucho la atención. Al no tener, no podía comer, y por lo tanto, mi mente me empezaba a abasallar con mensajes.
Me imaginaba comiendo una berenjena, asi blandita, que chorreaba liquidito cuando la mordias,...
Y así una y otra vez, una y otra vez. Tanto es así, que intentas distraerte y no puedes. Intentas sustituirlas y .... bueno, parece que algo hace, pero.... al siguiente día de nuevo aparecen en tu mente.
Así continuamente hasta que por fin tienes que ir a comprarlas, y cuando llegas a casa... disfrutas comiendo esa comida que te tenia la mente ocupada ya dos dias y parecía que no podías vivir sin comerlas.
Lo gracioso de la situación, son los comentarios de la gente:
- Tocate el culo para que si le sale la marca no se le vea.
- A ver si le va a salir una berenjena en toda la frente.
- Parece que no has comido berenjenas en tu vida.
Y asi un largo etcetera que me hace muchiísima gracia.
Ahora puedo decir, que las embarazadas tienen antojos de verdad, y no es que se aprovechen de su "situación", porque en mi caso, no mandé a mi marido a la tienda, sino que tuve que ir yo.
Consejos: el mínimo detalle hay que guardarlo en el recuerdo toda la vida. Yo me acordaré de las berenjenas. Besos!!
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